Decía el filósofo alemán Steiner que la historia de Europa se construye a través de sus caminos. Esto es, si cabe, aún más cierto para el caso de Galicia, donde el Camino de Santiago articula el territorio y le otorga una posición en el mundo.
El fenómeno xacobeo funde sus raíces en el asentamiento del cristianismo en Galicia. Un proceso que arranca en el mítico apostolado de Santiago. Apenas pasaron 150 años de su presencia, cuando la persecución a las comunidades paleocristianas, las empuja hacia las zonas rurales.
De este momento, en nuestro ayuntamiento, contamos con una antigua construcción romana convertida en uno de los primeros oratorios de occidente (s.IV), en el lugar de Ouvigo (Aut Vicus). Una lujosa edificación romana que ve cómo varias de sus estancias son transformadas en templo cristiano, otras caen y las que restan son destinadas a labores agrícolas. En torno a este oratorio nace un nuevo modelo de poboamento que perdura hasta hoy: la ALDEA.
Tiempo después, la inestabilidad de finales del Imperio, también nos lega el castillo de San Xurxo. Este castillo, junto al yacimiento romano de la Avilleira y al oratorio de Ouvigo, conforman una paisaje arqueológica inédita.
El proceso de cristianización va a continuar en otras zonas de los Blancos. En el alta Edad Media, varias aldeas del municipio serán ocupadas por comunidades religiosas legando un patrimonio cultural único de asociado el alta Edad Media.
Una historia que continúa en siglos posteriores a través de la memoria popular y la presencia de peregrinos que iban a Compostela siguiendo un mítico trazado inaugurado por la Rainha Santa de Portugal.
Por eso, venir a los Blancos es estar ‘MÁS CERCA DEL CIELO’